Palabras acumuladas

viernes, junio 30, 2006

Amargo 30 de Junio a las 19:30 hs

O el día o la noche

Se perfila la madrugada. 1:30 de otra noche. Ya van 9670 noches aproximadamente. Si vivo más o menos como el promedio de vida actual del hombre llegaré a las 27300. Estoy a un tercio de lo que puede llegar a ser mi vida. Claro que también puedo morir mañana. Y como suele pasarme a la noche, cuando estoy solo, aburrido, *plop*, aparece una sensación, una idea aparentemente tonta que me dispara palabras. Hoy es ´lo ridículo que somos los humanos´. Lo exagerados, más precisamente. Y lo digo a conciencia. Lo digo tomándome como el ejemplo más inmediato. He escrito sobre la muerte reiteradas veces. He escrito sobre el destino, o su ausencia. He escrito sobre Dios. ¿Para qué? ¿No tengo nada mejor que hacer? A veces se pierde el tiempo de una manera muy rebuscada. Habiendo una persona que en este momento tiene frío o hambre, yo estoy sentado frente a una computadora, mi cara blanqueada por la luz artificial, mis dedos acostumbrados a la posición de las letras, de los símbolos que arbitrariamente se juntan para formar una palabra, que me significa algo pero no le significa nada a un paquistaní. Acá estoy, quemando vida en letras virtuales. Hay alguien que ahora sufre. Hay alguien que está solo, que se siente abandonado. Hay alguien dolorido, enfermo. Hay alguien que no puede salir adelante. Y yo acá, sentado, escribiendo, hablándome, hablándoles a ustedes, sin saber todavía quiénes son ("serán", para mí en este momento). No me entiendo. Yo también sufro. Sí. Sufro porque no encuentro mi camino. Quizás porque lo encontré y me resulta complicado. Sufro también por amor y desamor, como casi todos. Pero yo no tengo frío. Yo no tengo hambre. Yo no estoy enfermo. Suena tonto y no lo es. ¿Y si dejo de escribir qué hago?. Probablemente me acueste en mi cama y encienda el televisor. Probablemente me ponga a leer un libro, algo que escribió alguien más. ¿Cuál es el motivo real? ¿Es una necesidad? ¿Una necedad? ¿Es todo esto tan relevante? No, no creo que lo sea. Creo que exageramos. Probablemente mañana, a la luz del día, estas palabras pierdan sentido. Me gustaría saber si entonces estaré siendo más lúcido que ahora, porque voy a creer serlo. La sensación es la de trampa. O el día o la noche, alguno de los dos es una trampa. Alguno me acerca a lo real. El otro me aleja. Ahora creo que es la noche la más sincera; ante la falta de estímulos ficticios, ante el desapego social, la ausencia de información que forzadamente entra en mi cerebro durante el día, se despierta una parte mía que está adormecida cuando mi mente (¿hablo de mi mente?) se ocupa con los flashes mediáticos, los ruidos de los autos, los pasos de los que llegan tarde a la oficina, la necesidad de encontrar una identidad, las ganas de tomar una coca cola. A la noche todo eso duerme, como yo debería hacerlo también, pero tardo un poco más y tengo la oportunidad de encontrar un agradable momento de quietud. Y sin embargo estoy convencido de que mañana al releer mis palabras voy a desacreditarme. Voy a pensar que fui ridículo, que me creí lúcido y no fui más que un imbécil. Me propongo no hacerlo. Me propongo valorar este texto y mostrarlo. No lo hago ahora porque perdería sentido la propuesta. La idea es esperar al día, enroscarme en la rutina de nuestra sociedad, y dentro de ese torbellino encontrar nuevamente, aunque sea por un segundo, cierta validez a mis ideas nocturnas. Y sí, una vez logrado eso, quizás dejar de escribir de una vez y para siempre y dedicarme a vivir un poco más. Aunque, probablemente, decirlo no sea más que una exageración.

29 de Junio de 2006. 2:10am


Posted by San :: 7:34 p. m. :: 0 Comments:

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